miércoles, 6 de octubre de 2021

Mi Luna

¿Cómo empiezo a hablar de ti? ¿Por dónde inicio? 

Tú eres la luna, esa que brilla inmensa en mi galaxia, esa que a veces está parcialmente oculta, esa que en ocasiones se eclipsa.

Ese golpe de luna fue un rayo de vida desde la primera vez que lo sentí dentro de mí. Esa luna que con su infinitez opacó cuadrántidas que se desbordaban de mis ojos. Fuiste rabia, fuiste fuerza, fuiste pasión, fuiste la vendetta no planeada del agujero que se creía universo.

Fuiste amiga, compañera y confidente en esas noches oscuras que me recordaban el miedo que tenía de pequeña a la oscuridad cuando debía salir al traspatio de la casa de mis padres. Satélite natural. Fuiste la luna con la cual hablaba en las noches más desiertas, con la cual me entendía sin tener que pronunciar palabra.

Y tuve miedo de todo lo que implicas tú, Luna.

Tuve miedo de las mareas que provocas, tuve miedo de tus fases lunares y de cómo éstas influirían en mí. Tuve miedo de ti, luna llena. Pero también tuve valor, ganas y mucha curiosidad.

Y me acerqué a ti, sin traje de astronauta y a sabiendas de que ibas a hervir mi sangre en un breve instante. Me acerqué a ti con la valentía de quien reconoce el camino que ha de seguir y con la dubitación de quién se cuestiona si está haciendo lo correcto.

Acerté. Y me entregué a ti, bella Luna, como una bruja que danza a tu luz, en tus brazos, desnuda del alma entre una multitud de miradas que no entendían lo que sucedía, que no lo podían creer.

Y aunque te alejes de mí, yo tierra, siempre intentaré seguirte. Buscaré la manera de seguir desafiando las leyes, de ganar tiempo para poder seguir viendo tu grandeza, de continuar escribiendo frases con y sin sentido que llevan tu nombre.

Eres la luna que da sentido a la vida. Eres la luna que a tantos ha inspirado. Eres la luna a la que tantos han escrito. Eres la luna en la que me siento más ligera. Eres esa luna hostil, sin atmósfera, pero tan llena de secretos que me muero por seguir descubriendo. Eres esa luna de temperaturas tan cambiantes, esa que no alcanzo a ver a totalidad. Esa luna que a veces se sonroja. Esa luna hermosa de octubre. Mi Luna.
Te deseo lo bueno, con el nombre que tengas, te deseo lo mejor. Me disculpo por no haberte podido entender en el breve instante durante el cual formaste parte de mi vida. No puedo decirte que lo haría diferente, soy honesta, pero puedo decirte que cada día intento hacerlo mejor, no cometer los mismos errores y ser compasiva con los demás y conmigo misma.

Gracias por lo que compartimos, bueno y malo. Gracias por el aprendizaje, por ayudarme a entender lo que quiero, lo que necesito, lo que me hace bien y lo que no.

Guardo gratos recuerdos a tu lado, estoy dejando atrás lo doloroso. Me disculpo por haberte lastimado, por no haber asumido la responsabilidad de lo que sí me correspondía y por hacer asumido las cosas que más bien tenían que ver contigo.

Lo vivido a tu lado fue una prueba piloto de la cual ambas partes aprendimos, en la cual logramos mejorar la metodología, afinar los antecedentes y aplicar estadística más estricta.

Gracias a cada una de ustedes por permitirme aprender y crecer. Que la vida les de mucho, que la vida les de todo. Se lo merecen.

Soy Asperger

Es bueno ponerle nombre a las cosas. Es bueno saber que no estás enferma, que no eres anormal, es bueno entender que solo eres un tanto diferente.
No logro entender ni percibir las cosas como los demás y no es maldad, no es por molestar, no es por incomodar o cuestionar. Es que de verdad no entiendo.

Hoy sé que se llama Asperger. Hoy sé esos por qués que necesitaba entender. Y solo es una forma más de conocerme a mí misma, de amarme y de entenderme en el mundo.

Hoy puedo decir "soy Asperger", por favor tenme paciencia.

miércoles, 5 de mayo de 2021

¿Que si te quiero?
Te quiero, te guardo en mi corazón como un bello recuerdo y te deseo lo mejor.

Solo no debíamos ser, no juntas. Cada una debía ser con alguien más.

Te pido perdón por si me lees, de últimas no te traté como debí, tú tampoco a mí.

Y está bien, todo está bien.

Te mando un beso en la frente y un abrazo en la distancia.

Gracias por todo, chaparrita. 

jueves, 17 de septiembre de 2020

Siempre vas a ser el amor de mi vida, perdóname por no defenderte de la crueldad de quien buscó dañarte.

Por favor mi amor, te prometo que lo haré mejor, que lucharé por ti y tendré la fuerza para enfrentar a quien sea, de la forma que haga falta. 

Solo ponte bien, te juro que te cuidaré mejor. No estás sola, nos tenemos una a otra, eres mi familia. 
Me dueles, me dueles mucho. Te amo.

Por favor ponte bien. 

martes, 11 de agosto de 2020

A veces se hace lo correcto, a veces una se equivoca, la cuestión es aceptar nuestros errores e intentar mejorar siendo conscientes de que se puede herir a otros.

De un tiempo a la fecha no soy de decir mucho, entendí que personas que llamaba amigos en realidad no lo eran. Entendí que las lealtades cambian constantemente y nada se puede hacer para cambiarlas.

Entendí que no importan las historias reales, que no importa tu versión si es que la otra versión es contada por una persona más popular. Entendí también que nada puedo hacer si existen personas que hoy hablan incluso cuando vivieron conmigo esos procesos tan dolorosos.

Entendí y acepté alejarme de los ambientes que no me aportan nada, mucha gente incluida ahí. Comprendí que estaba buscando en los ambientes inadecuados, en espacios que no eran para mí, en situaciones en donde realmente no era yo. 

Entendí que la gente que me ama, la que realmente me importa, es la que necesita mis verdades y desde hace tiempo las tiene.

Entendí que no puedo cambiar las opiniones que de mi tienen, ni siquiera tengo ganas de intentarlo, pues quienes realmente me conocen saben que sí, constantemente me equivoco pero no soy alguien a quien le guste jugar con los demás.

La gente no es un tablero de ajedrez en el cual puedas moverla a tu antojo, a tu beneficio. O al menos no debería serlo y me niego a formar parte de eso.

Cuando una vive situaciones de violencia, especialmente a nivel de pareja, constantemente se está revictimizando. En ocasiones una puede ser la victimaria sin notarlo. El punto es terminar con eso, darte cuenta que no puedes seguir en esa cadena porque lastimas y te lastimas.

Y todo este proceso es algo que, en lo personal, he preferido guardarme para los míos. Vivirlo de forma tranquila y lejos de la mirada de las personas a las que realmente no les importo.

Quien realmente me conoce sabe que hablo muy poco pero hay miles de historias de terror de mi vida que podría contarles y que tal vez harían que me vieran diferente. Pero pienso que, ¿para qué?

Entendí que no necesito, ni deseo, hacer un espectáculo de mi vida para sanar realmente. 

La procesión va por dentro.